historia
La inevitable destrucción de la Tierra no era una sorpresa para nadie. Ni siquiera para sus propios habitantes, ya que ellos mismos eran los causantes de la destrucción de su propio mundo.
Antaño los arcángeles se habían presentado en La Tierra, para hacerle a los humanos un llamado de atención y advertirles que si seguían teniendo esa vida que llevaban iban a acabar destruyendo el mundo que ellos le habían creado a toda la humanidad. Los arcángeles siguieron viendo cómo los humanos ignoraron todas sus advertencias y seguían destruyendo su hogar. Eso provocó que los arcángeles perdieran la poca fe que les quedaba de ellos, pues ellos habían sido su primera creación y les decepcionó que no hubieran llegado a las expectativas que tenían sobre la humanidad. Durante esos últimos años habían supervisado el comportamiento de diversas personas a través de tres jóvenes que conocían desde hacía mucho tiempo. Les encomendaron la misión de pasarse por humanas durante un tiempo, pues realmente eran espíritus celestiales, para ver si encontraban alguna solución a esto. Ellas podían darle otro punto de vista respecto a la situación que había en La Tierra pues el tema para ellas era preocupante, pero no personal. Aunque los tres arcángeles lo daban por imposible, pues ya habían perdido toda la fe que tenían. No se sabe exactamente cuánto tiempo vivieron camufladas, ya que su aspecto físico no envejecía, pero fue el suficiente para darse cuenta de que, a pesar de que los humanos cometieran mil fallos, atrocidades y muchas decepciones, había situaciones que mostraban un sacrificio y/o un valor increíble, otras que mostraban un amor y una empatía admirables, había muchísimos actos también dignos de elogios. Por ello, convencieron a los arcángeles de que merecía la pena salvar a la humanidad, pues muchos solo habían cometido fallos, o habían hecho algún mal acto por daños colaterales de la vida. Y así fue como las espíritus celestiales: Antlia, Carina y Lyra, se vieron obligadas a buscar un mundo que sustituyera a la Tierra y a habitarlo con la única condición que los arcángeles les impusieron: nadie que entrara en él sería humano. Según cómo había sido su personalidad durante su vida en "el planeta azul", cada persona sería de una u otra especie: ángeles, ángeles caídos, demonios, brujas y brujos, elfos y hadas, licántropos, metamorfos, sirenas y tritones, vampiros, dragones, banshees o fénix. El mundo que finalmente fue creado se llamó Apus, cuyo significado era "ave del paraíso", debido a que las chicas daban nombre a tres constelaciones. |